SÓLO UNA BUENA HISTORIA.
Leo sobre una noticia real que es una
buena historia. Una de esas que excita la imaginación y la duda.
Siento que en España no se den
historias con detalles similares, pero es que en España no nos
dedicamos a estas cosas. En España hacemos cosas mucho más
inteligentes, como por ejemplo, preocuparnos por China y sentir un
entrañable cariño por sus pueblos. Con grata sorpresa he ido
descubriendo esta semana el profundo conocimiento que de la historia
y la literatura de ese país tenemos los españoles. Bueno, yo no, no
he leído a Mo Yan, el nuevo premio Nobel. Pero sé que se han
enfadado mucho con él. Esperaban una quema pública de un retrato de
Mao, y aquel se negó.
Los periodistas españoles acusan
al bueno de Mo Yan de no hablar. Olvidan esos periodistas
españoles que ahora se preocupan tanto por el pueblo chino, que
escriben sobre una tierra bajo la que hay miles de cadáveres sin
nombre, que pasan con sus coches frente a cunetas llenitas de huesos de fusilados que no quieren encontrar.
Ninguno de estos exigentes
periodistas pidió a Camilo José Cela que hablase de esas cunetas
cuando recogió su premio.
Pero yo sólo quería contar una
buena historia recién leída. Como las buenas historias, cuenta
otras si acaso más interesantes.
Comienza como una tradición
rusa. Esa de los amigos que se marchan a cuatro o cinco mil
kilómetros de su casa, a la taiga, de pesca. Igual de tradicional es
que se pierdan, y que se den casos de desaparecidos que han
encontrado a perdidos, de perdidos que han encontrado a los policías
que habían ido a buscarlos y señores que se habían ido a por
tabaco.
Ocurrió en septiembre, por las
cristalinas aguas del Río Sutam. Yakutia. Casa de lobos, osos,
tigres y momias de Mamut. Temperatura media del lugar ese mes: - 5º.
Llevaban los cuatro amigos un mes
de pesca cuando quisieron volver a casa. Uno llamó a su hermana: no
podían salir de allí, el río había sufrido una fuerte subida (se encontraban en una isla) . Temperatura media en octubre, -10º.
Un mes después, sin noticias, la
familia empezó a preocuparse, y avisó a la policía. Comenzaron a temer que pudiera haber pasado algo.
Temperatura media de esa zona del río Sutam en noviembre: -24º.
El ejército ruso, experimentado en
búsqueda de buscadores de setas, pescadores, camioneros y otros
miembros del ejército, empezó a rastrear cientos de kilómetros y
taiga virgen. Volaba un M8, un avión militar. Imposible acceder allí
por tierra.
28 de noviembre.
Unas semanas después, y buscando
ya entre la nieve, la policía encontró un refugio de cazadores. Uno de esos que Dersú llamaba "Fanzá", en idioma nanai, "Casa de chinos pobres".
Allí los cuatro amigos habían dejado una nota, por si iban a
buscarlos:
“Hemos pasado aquí unos días.
Hemos cogido algunos víveres” - y dejaron tres mil rublos junto a la
nota, por los gastos.
Buena gente.
Pasados unos días, encontraron a
dos de ellos. Estaban famélicos, y con varios dedos congelados.
Habían pasado tres meses en la taiga.
Los llevaron al hospital más
cercano. Les preguntaron por los otros dos chicos. No sabían nada.
Un tiempo después, encontraron
al tercero.
Le habían cortado la cabellera.
Le faltaban varios trozos de
carne más.
“Parecen heridas de hacha” -
comenta la policía.
Volvieron al hospital, a
interrogar a los hospitalizados. Pero no estaban. Se habían ido.
Todavía los siguen buscando.
“Sería el cuarto caso de
canibalismo en la región este año” - apunta un alcalde.
Y no los encuentran. La familia
no sabe nada y vuelve a denunciar su desaparición.
“En la policía sospechamos, incluso, que no eran pescadores”
Investigaciones recientes indican
que, posiblemente, no eran peces lo que buscaban.
Indican que pudieran ser buscadores de oro. Los que se fueron del hospital habrían vuelto a
por algo que dejaron en algún lugar.
“No sabemos si se lo comieron
porque estaba muerto o lo mataron para comérselo” - duda la
policía.
"El significado del corte de la cabellera nos resulta extraña. Hay partes del cuerpo más carnosas"
¿Y el cuarto hombre?
Algunos apuntan que habrá que
esperar a encontrarlo hasta la primavera o el verano, cuando la nieve
se derrita.
En Rusia, a los cadáveres que
aparecen en primavera debajo de la nieve se les llama “Podsnezhniki”
El mismo nombre llevan unas
hermosas flores amarillas y azules, que son las primeras en aparecer
con los deshielos, bajo el manto blanco.
A día de hoy, seguimos sin novedades respecto al caso. Siguen buscándolos.
Temperatura de hoy en Neriungri: -37º.
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