martes, 11 de diciembre de 2012


SÓLO UNA BUENA HISTORIA.


Leo sobre una noticia real que es una buena historia. Una de esas que excita la imaginación y la duda.

Siento que en España no se den historias con detalles similares, pero es que en España no nos dedicamos a estas cosas. En España hacemos cosas mucho más inteligentes, como por ejemplo, preocuparnos por China y sentir un entrañable cariño por sus pueblos. Con grata sorpresa he ido descubriendo esta semana el profundo conocimiento que de la historia y la literatura de ese país tenemos los españoles. Bueno, yo no, no he leído a Mo Yan, el nuevo premio Nobel. Pero sé que se han enfadado mucho con él. Esperaban una quema pública de un retrato de Mao, y aquel se negó.

Los periodistas españoles acusan al bueno de Mo Yan de no hablar. Olvidan esos periodistas españoles que ahora se preocupan tanto por el pueblo chino, que escriben sobre una tierra bajo la que hay miles de cadáveres sin nombre, que pasan con sus coches frente a cunetas llenitas de huesos de fusilados que no quieren encontrar.
Ninguno de estos exigentes periodistas pidió a Camilo José Cela que hablase de esas cunetas cuando recogió su premio.

Pero yo sólo quería contar una buena historia recién leída. Como las buenas historias, cuenta otras si acaso más interesantes.

Comienza como una tradición rusa. Esa de los amigos que se marchan a cuatro o cinco mil kilómetros de su casa, a la taiga, de pesca. Igual de tradicional es que se pierdan, y que se den casos de desaparecidos que han encontrado a perdidos, de perdidos que han encontrado a los policías que habían ido a buscarlos y señores que se habían ido a por tabaco.

Ocurrió en septiembre, por las cristalinas aguas del Río Sutam. Yakutia. Casa de lobos, osos, tigres y momias de Mamut. Temperatura media del lugar ese mes: - 5º.

Llevaban los cuatro amigos un mes de pesca cuando quisieron volver a casa. Uno llamó a su hermana: no podían salir de allí, el río había sufrido una fuerte subida (se encontraban en una isla) . Temperatura media en octubre, -10º.

Un mes después, sin noticias, la familia empezó a preocuparse, y avisó a la policía. Comenzaron a temer que pudiera haber pasado algo.
Temperatura media de esa zona del río Sutam en noviembre: -24º.

El ejército ruso, experimentado en búsqueda de buscadores de setas, pescadores, camioneros y otros miembros del ejército, empezó a rastrear cientos de kilómetros y taiga virgen. Volaba un M8, un avión militar. Imposible acceder allí por tierra.

28 de noviembre.

Unas semanas después, y buscando ya entre la nieve, la policía encontró un refugio de cazadores. Uno de esos que Dersú llamaba "Fanzá", en idioma nanai, "Casa de chinos pobres". 
Allí los cuatro amigos habían dejado una nota, por si iban a buscarlos:
“Hemos pasado aquí unos días. Hemos cogido algunos víveres” - y dejaron tres mil rublos junto a la nota, por los gastos. 
Buena gente.

Pasados unos días, encontraron a dos de ellos. Estaban famélicos, y con varios dedos congelados. Habían pasado tres meses en la taiga.
Los llevaron al hospital más cercano. Les preguntaron por los otros dos chicos. No sabían nada.

Un tiempo después, encontraron al tercero.
Le habían cortado la cabellera.
Le faltaban varios trozos de carne más.
“Parecen heridas de hacha” - comenta la policía.

Volvieron al hospital, a interrogar a los hospitalizados. Pero no estaban. Se habían ido. Todavía los siguen buscando.

“Sería el cuarto caso de canibalismo en la región este año” - apunta un alcalde.

Y no los encuentran. La familia no sabe nada y vuelve a denunciar su desaparición.

“En la policía sospechamos, incluso, que no eran pescadores”

Investigaciones recientes indican que, posiblemente, no eran peces lo que buscaban.
Indican que pudieran ser buscadores de oro. Los que se fueron del hospital habrían vuelto a por algo que dejaron en algún lugar.

“No sabemos si se lo comieron porque estaba muerto o lo mataron para comérselo” - duda la policía.
"El significado del corte de la cabellera nos resulta extraña. Hay partes del cuerpo más carnosas"

¿Y el cuarto hombre?
Algunos apuntan que habrá que esperar a encontrarlo hasta la primavera o el verano, cuando la nieve se derrita.

En Rusia, a los cadáveres que aparecen en primavera debajo de la nieve se les llama “Podsnezhniki”
El mismo nombre llevan unas hermosas flores amarillas y azules, que son las primeras en aparecer con los deshielos, bajo el manto blanco.

A día de hoy, seguimos sin novedades respecto al caso. Siguen buscándolos. 
Temperatura de hoy en Neriungri: -37º.

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